Retazos de la vida de un pueblo (Cubla)

“Cubla es un pueblo rico en tradiciones, creencias, actos que denotan sociabilidad  entre sus vecinos, tal cúmulo de cosas, tal tesoro, del orden que sea, hay que incorporarlo a la modernidad de los tiempos. Lo moderno cabalga sobre lo antiguo. Sin uno, no habría otro.
 No se deben dejar perder los valores antiguos; hay que conservarlos como mantenemos lo actual”. Texto tomado de la presentación del libro de A.Castel.

FONDA EN CUBLA

 El viajero que entre en Cubla por la carretera de Valacloche, en la misma entrada al pueblo, se encontrará que, en su lado izquierdo de la angosta calle-carretera, hay una casa de grandes proporciones, amplia fachada con dos puertas, y ventanas y balcones en los pisos superiores.
 La superficie de la casa llama la atención, el viajero sin duda alguna preguntará qué cometido desempeñó aquella casa de proporciones tan grandes. La respuesta que oirá es que el edificio fué una fonda muy frecuentada por tratantes que, en número considerable, venían a Cubla a vender machos.
 Cubla era un buen mercado para el macho. Había más de doscientas parejas de machos para labores agrícolas. Estos machos se renovaban, se cambiaban, se compraban y vendían con relativa frecuencia. Este intercambio y comercio atrajo a Cubla a buen número de feriantes, que ofrecían caballerías al agricultor de Cubla. Todos estos feriantes de machos se hospedaban en esta fonda, así como los animales que ellos llevaban en cuadras situadas en los bajos del mismo edificio.
 Otra clase social que ocupó la fonda fueron los vendedores de gorrinos de recrío. Los traían en jaulas o cajones a lomos de mulos. Llegaban a Cubla y los exponían en la Plaza del Collao. La gente del pueblo iba a verlos, y, si había arreglo en el precio entre ellos y los vendedores, los compraban para criarlos durante todo el año. Luego para las navidades, vendría la matanza.
 La Fonda de Cubla comenzó prestando sus servicios en la Casa Grande, para pasar posteriormente a la casa de David.
 Los posaderos eran Julián y María, quienes tenían alquilada la Casa Grande para posada, hasta que se trasladaron, como hemos dicho, a la actual casa de David.
 La Fonda estuvo en funcionamiento como tal hasta el año 1.936, a partir de esa fecha se cerró.

LA POSADA INTERIORMENTE

 En el piso bajo, había una gran cocina, tipo aragonesa. En el centro, el hogar, alrededor los bancos. Siempre había un buen fuego, sobre todo los días invernales y de frío.
 Podemos imaginar una noche cualquiera la cocina de la Fonda: alrededor están seis o siete tratantes, vendedores de machos. Unos son de Ademuz, otros de Cedrillas, otros de Castellón. La cestimenta es uniforme en todos ellos: boina en la cabeza, camisa negra, sobre la misma un blusón del mismo color que les llegaba hasta la rodilla, pantalón de pana y unas alpargatas tipo aragonés. Todos están calentandose, cada uno cuenta como le ha ido la jornada. Mientras los tratantes conversan, llegan unos artesanos, caldereros y paragüeros, qu se incorporan al corro ….
 A unos metros de la cocina hay un gran corral con 20 pesebres, para que los tratantes puedan atar y dar de comer a sus machos. Unos y otros pasan la noche en la misma posada.
 En el piso superior estaban las habitaciones de las personas.
 Buena y gran posada; comida abundante a base de carne asada y buen vino, a precios muy asequibles. Tanto el señor Julián como su esposa trataban muy bien a los huéspedes. Estos estaban como en su casa.
 Hoy, la posada es una casa particular propiedad de David y de su esposa Enriqueta, que llegaron a tener una expendeduría de tabaco (estanco).
 

IGLESIA DE CUBLA

 El viajero que desde Teruel se dirige a Cubla, Valacloche, Camarena ó Cascante del Río, mucho antes de llegar al pueblo lo primero que avista a lo lejos es la solmene y hermosa torre adjunta a la iglesia. Entre colinas y montículos, sobresale la parte más estilizada de la misma, y sobre ella la veleta de los vientos.
 La iglesia es grande, clara, solemne, esplendorosa y bella desde el punto de vista arquitectónico. Está dedicada a Nuestra Señora de Asunción.
 ¿Cuando fué construida?.  ¿A qué estilo arquitectónico pertenece?. ¿Cuánto tardaron en construirla?. ¿Trabajaron muchos operarios?. ¿Cuánto dinero costó?. Preguntas que cualquier persona podría formular. Algunas no podrán contestarse jamás. A otras, por los indicios o huellas, puede darse una respuesta.
 Desde el punto de vista de la arquitectura, hay mezclas de estilos y de edades.
 En la puerta hay una numeración que pone 1.645, pero su estilo corresponde a un siglo antes. Los pilares que la franquean son netamente del renacimiento, es decir, del siglo XVI. Ahí están las basas, las columnas estriadas, y sobre todo, los capiteles de puro estilo corintio, representan hoas de acanto. La cenefa que corona la puerta, las hornacionas y el triángulo superior están hechos con una maestría perfecta. La techumbre de la puerta también pertenece al renacimiento, con los nervios de crucería que arrancan desde los laterales.
 Es posible que se empezara su construcción a finales del siglo XVI, influenciados por el estilo renacentista, y se terminara en el siglo XVII en estilo Barroco.
 Penetrando en su interior, observamos que la iglesia tiene una sola nave, que es amplia y espaciosa. En las paredes laterales existen capillas.
 La techumbre de su bóveda parece de estilo gótico, es bonita y armoniosa, los nervios que la entrecruzan sirvieron de apoyoa toda la techumbre. No tiene cúpula. La labor de apoyo que realizan los arbotantes en el estilo gótico, está ejercido en la iglesia por una pared de considerable altura, que fortalece los laterales para que sostengan la techumbre.
 En la parte ornamental, antes de 1.936, tenía un valioso altar plenamente barroco, de columnas salomónicas retorcidas , y cubierta de hojas de parra y racimos de uva. El plesbítero es solemne. Sería de gran belleza contemplar el conjunto de presbítero y retablo barroco.
 La iglesia tenía, además, su gran órgano de fuelle. Aún hay personas en el pueblo que recuerdan haber subido a mover la palanca que movía los fuelles que producían el aire.
 Todo esto nos lleva a pensar que en la iglesia se realizarían magníficas funciones religiosas y actos litúrgicos. Al mismo tiempo estaría dotada de clero suficiente para atender dichos oficios religiosos.
 Adosada a la iglesia está la torre de grandes proporciones, con cuatro cuerpos de mampostería. Sobre estos cuerpos descansa el campanario hexagonal, terminado por un tejadillo con tejas de distintos colores, unidas fuertemente a las fimbrias interiores. En la cumbre la veleta, para conocer la dirección del viento.
 En el lateral izquierdo mirando desde la actual plaza, estaba el cementerio. Fué costumbre durante toda la Edad Media situar los cementerios, primero en el interior de las iglesias, luego se sacaron a sus alrededores como sucedió en Cubla. Posteriormente debió trasladarse, al crecer en número de habitantes y, consecuentemente, en mortandad. Actualmente está situado a no mucha distancia de la iglesia.

 EL HORNO

 Una vez amasada la harina en la artesa de casa, se llevaba al horno dentro de una cesta y con un carretillo. El horno era un edificio de una planta, situado en el centro del pueblo. El trabajo que generaba su mantenimiento era rotativo entre los vecinos. Cada semana estaba encargado un vecino de ponerlo en condiciones, lo que suponía: limpiar interiormente el horno, encenderlo y calentarlo a temperatura adecuada para cocer el pan, introducir mediante unas largas palas el pan para su cocción, retirar el mismo una vez cocido. El encargado del horno procuraba que no faltara la leña. Él mismo había ido al monte y había traído una carga o dos de leña. Como el trabajo era rotativo, todos los vecinos del pueblo pasaban por él.
 Para saber si el horno estaba a temple, es decir, lo suficientemente caliente, pues si no lo estaba el pan salía crudo, el encargado se ponía de espaldas, y con las manos tocaba la pared; a cálculo, según el calor que notaba en las palmas de las manos debía saber si estaba a punto o neceistaba más o menos calor. Todos los que cocían pan a modo de retribución en especie, parte del mismo. Había una tabla fijada según las piezas que el vecino cocía, debía entregar tanto al vecino encargado.

ADECUACION DEL HORNO

 Era tarea trabajosa. Al lado del horno, en una explanada, había siempre unos montones de leña que había traido cada dueño de casa para quemarla el día que le tocara. Se ponía la leña dentro del horno, que tenía un firme de losas grandes y una buena bóveda, tambien de piedra. Cuando se había quemado la leña, se extraían las brasas y cenizas por la misma apertura por la que pondrían, más tarde, el pan. Este trabajo lo hacían con unos palos largos que tenían un trozo de tela atado a la punta. Con él limpiaban todo el pavimento del horno. Al lado tenían un pozal con agua para refrescar la tela cada vez que la sacaban y evitar, así, su ignición. La acción de limpieza del interior se hacía con toda meticulosidad. Era un verdadero lavado de losas.

PAN

 Todo preparado. Cada señora, con una pala pequeña, ponía la masa en la pala grande, que la señora encargada introducía dentro del horno. Como siempre eran tres o cuatro personas las que amasaban, para conocer su pan, cada un aponía en la parte superior del mismo una señal: un pico, un corte, un pellizco retorcido, dos cortes, … Si la encargada ponía las porciones de masa muy cerca unas de otras, los panes, con el calor, se ensanchaban y unían. Entonces se decía que habían salido ‘casados’. Pero había que evitar poner el pan al lado de la terminación de la losa, pues entonces, la masa se escurría entre rendija y rendija y no salía esa porción bien cocida.
 Cuando ya había transcurrido el tiempo y creía que el pan estaría ya cocido, se procedía a sacarlo. Se ponían los panes en una canasta y se llevaban a casa. Los panes eran grandes como hogazas. Pesaban unos tres kilos cada uno. Una vez en casa, no se secaba, ni se endurecía, ni se ponía blando. Se guardaba en sitios frescos que mantenían la frescura del pan.
 Además de pan se hacían muchas clases de repostería: Tortas finas, mantecados de hojaldre, mantecados de huevo, majestades, madalenas, rosquillas, galletas, cañada, torta de la masadura, panquemado, bollos, sequillo de sal, sequillo de azúcar, regañao, bollo con jamón y pimiento, bollo con patatas, bollo con sardinas, ajosa de manzana, de membrillo, de uva, de harina, … se hacían pan de cortada, pan de peineta, pan de gato, … Y se aprovechaba el horno para asar patatas, cebollas, moniatos, calabazas, cebada para malta, …

ERMITAS DE CUBLA

“SANTO DOMINGO ESTÁ EN UN ALTO,
SAN CRISTÓBAL EN PUNTAL,
LA PURÍSIMA ESTÁ EN LA CUESTA
Y LORETO EN LA CANAL”

Así reza este adagio que indica las cuatro ermitas que, como vigías, custodian el pueblo de Cubla.

EL DEVOTO PEREGRINO DE LAS ERMITAS DE CUBLA

 Entre los viejos papeles que se han conservado dispersos en Cubla, encontré uno que relata la crónica del  peregrino que el día 8 de diciembre de 1.890, visitó la ermita de la Purísima primero, para sequir visitando las otras. El peregrino describe el estado y la conservación de las ermitas en la fecha mencionada. La situación de las mismas, un siglo después, es muy diferente. El paso del timepo dejó su huella, como la deja en todos los seres: unas tienen el techo y las paredes desmoronados, otras las parredes muy erosionadas, el tejado hundido. Algunas, en breve, llegarán a desaparecer. Apenas quedarán los fundamentos que las sostuvieron. La vida es así. El tiempo no perdona.
 Esta es la crónica del devoto peregrino:

 “El día 8 de diciembre de 1.890 empecé una religiosa peregrinación. Me había propuesto visitar las ermitas de las cercanías de Cubla. Mi primera visita fue a la ermita dedicada a la Purísima Concepción de la Virgen María. La ermita está al lado del pueblo, a unos trescientos metros, en la falda de una leve colina.

LA PURÍSIMA

 Salí de Cubla por la mañana, el día estaba frío, como corresponde a tales fechas del año. Llegué a la puerta de la reducida ermita, tomé la llave y abrí la puerta y entré. Alguien, en día tan señalado, había encendido una lucecita que ardía en un vaso de aceite, frente a la imagen de la Purísima.
 La ermita, aunque pequeña, está construida con firmes piedras; las paredes son sólidas y fuertes. Tiene una bóveda de estilo románico de medio cañón. Interiormente está muy bien cuidada. Hay tan solo una hilera de tres bancos . El altar es de piedra, unido a la pared, del que sale un pequeño retablo. Un sencillo pedestal sostien la imagen venerada. La talla está primorosamente elaborada en madera de roble o tal vez nogal. En las paredes laterales cuelgan algunos ex-votos. Los habitantes de Cubla tiene mucha devoción a la Purísima. Los pastores cuando, en grupos de diez o doce salen a los corrales a sacar el ganado al monte, se descubren y permanecen unos momentos en silencio y en oración, luego continúan su camino.
 El pueblo de Cubla siempre tuvo gran devoción a la Purísima, como lo confirma el siguiente testimonio que dice literalmente:
“Certifico el abajo firmante haber celebrado seis misas a saber tres en la Purísima y tres en N.Sª del Loreto por el alma de Joaquín Domingo y haber recibido 30 reales limosna de dichas misas.
Y para que conste y sirva de resguardo doi el presente firmado en Cubla a 20 de junio de 1.842.
 Mn. Juan Sánchez
Misas 6.Caridad 30 r.v.”
 Me arrodillé en uno de los bancos y oré a la Venerada Imagen, en día tan señalado.

SANTO DOMINGO

 De la Purísima subí a Santo Domingo, más grande que la primera, está construida casi en la cima de la colina cercana a Cubla.
 Sus recias paredes están protegidas por pilares o contrafuertes externos, a modo de arbotantes sobre los que se apoya la bóveda.
 Cuando crucé el umbral de la puerta, creí encontrarme en una verdadera iglesia. Está inundada de luz y claridad, que entra por las numerosas ventanas.
 La bóveda es preciosa, está pintada y decorada con escenas del nuevo testamento, como Jesús arrojando del templo a los mercaderes. El colorido y combinación de sus pinturas está muy logrado. La ermita tiene una sola nave con dos hileras de bancos. Sobre el altar y en el lateral, de frente, está situada la imagen del Santo.
 Desde el exterior de la ermita hay una bonita vista, se observa toda la población de Cubla. No muy lejos se encuentra el cementerio, de reducidas dimensiones.

NUESTRA SEÑORA DE LORETO

 La ermita está situada en la parte este del pueblo, en la canal, en una depresión geográfica que se aprovecha también para huertos de cultivo de hortalizas. El lugar es  la salida de Cubla hacia algunos cerros en los que existen bastantes campos de cultivos de cereal.
 La ermita tiene dos cuerpos. Primero se levanta un pórtico, con bancos para sentarse en los laterales. Delante del pórtico hay un monolito con escenas del martirio de San Lamberto, santo muy venerado y popular en Cubla, son numerosos los varones que llevan ese nombre.
 La ermita está dedicada a Nuestra Señora del Loreto. El interior de la ermita responde a las características propias, sobre el altar está la imagen de la virgen. Desde tiempo inmemorial muchas personas de Cubla no cierran las actividades del día sin hacer una visita a la ermita.

SAN CRISTOBAL

 De Loreto subí a San Cristóbal, situado en la cumbre de la colina que resguarda al pueblo por el lado sur. La iglesia es pequeña, pero suficiente para albergar a doce fieles….

ERMITA DE LA FUENSANTA

 Está situada en el término municipal de Villel. Enclavado entre unas colinas pendientes y de finas aristas. El lugar es recóndito y adecuado para la existencia de un monasterio. La ermita está muy bien conservada, es una gran iglesia de una nave, con coro posterior, altas bóvedas, presbiterio y un camerín donde está situada la virgen, que se puede subir a venerarla.
 Según la biografía de Fuensanta, la virgen se apareción en estos lares en el siglo XIII y, desde entonces, se le ha dado culto casi ininterrumpidamente.
 Una vez al año, acude pueblo por pueblo, en el mes de mayo, a rendir veneración a la Fuensanta. Con tal motivo se organizan nutridas romerías. Antes se iba con machos, se organizaban grandes caravanas desde cada pueblo hasta la Fuensanta. De Cubla iban cada año, con machos e incluso a pie.
 Una vez en la ermita, hay misa, canto de gozos a la virgen, reparto de pan, veneración a la imagen y, cuando han terminado los actos religiosos, cada familia o grupo se reúnen a comer.
 Al lado de la iglesia hay una buena hospedería de dos pisos, está bien conservada, y en los comedores hay bancos y mesas para que los peregrinos puedan comer cómodamente.
 La virgen de la Fuensanta se apareció a unos kilómetros, en plena montaña, un lugar bastante más alto, pero para que estuviera más accesible se construyó la iglesia en el lugar actual. Creo que últimamente se hace una pequeña ermita conmemorativa en el lugar de su aparición. El marco geográfico en general es agreste, solitario y de difícil acceso. Propio para la vida de oración y monacal. Hoy día se han abierto caminos y se ha suavizado mucho, ya que se puede llegar con automóviles u otros medios hasta la misma ermita.

FUENTE PRIMERA

 Está en parte izquierda bajando por la carretera de Valacloche. El lugar es bonito, recóndito, adornado con unos chopos. Sale un chorro de agua buena para beber (no muy abundante).
 Antiguamente, bastantes años ha, iban las señoras de Cubla a por agua a esta fuente. Solo se permitía llenar un cántaro de agua, había que hacer cola. Cuando una llegaba la primera empezaba a llenar el cántaro. Como le costaba bastante, cuando veía venir a otras, sacaba el cántaro a medio llenar y ponía el de reglamento, diríamos, el que podía llenarse todo. De esta forma se llevaba a casa cántaro y medio de agua buena.
 El acarreo procesional de agua de la fuente era frecuente, con botijos y cántaros, llevándolos en la cabeza y los lados.

FUENTE DEL HOCINO

 Está situada en una montaña a distancia del pueblo, en dirección este. El lugar es bonito, abrupto, montañoso, verde. En la conjunción de dos enormes rocas que parece que se asoman por curiosidad, a ver lo que pasa en el valle, sale un chorro generos de agua fresca y muy buena.
 Los antiguos ciudadanos de Cubla aparejaban sus machos, les ponían una especie de espuertas con tres o seis agujeros, en ésto iban colocados los cántaros, que tras largo rato de andadura, macho y arriero, llegaban a casa con los cántaros llenos de agua del Hocino. En casa tenían grandes tinajas en las que vaciaban el agua del Hocino, de esta forma siempre disponían de agua fresca y buena para beber y cocinar.
 Podemos imaginarnos un día cualquiera en la cuesta del Hocino. A primeras horas de la mañana, con escarcha en las ramas y hierbas, o la gotica de humedad que aún tintinea, varios machos o burros se dirigen a la fuente, con los cántaros correspondientes. Vueltas y más vueltas por la senda, hasta llegar a la fuente. El sol asoma cercano al horizonte. El primero que llega, pone sus cántaros a llenar: una vez llenos, los carga y vuelta casa presuroso, tras vaciarlos tiene que ir al campo a trabajar. Primero fué a por agua, en la bajada se encuentra a otros que suben con la misma finalidad. Cambian dos palabras y cada uno sigue su senda: bien de bajada, bien de subida. En la fuente hay varios machos, sus dueños están llenando los cántaros. Mientras el hombre llena, el animal husmea y arranca alguna hierba, que come lentamente. El camino de la fuente del Hocino parece un hormigueo incesante.
 El agua es muy necesaria, sin ella no se puede vivir. Las tinajas deben estar siempre llenas, de aquí que el primer trabajo diario sea revisarlas y si están vacías, hay que llenarlas.
 Además de los machos se divisa , en ocasiones, a personas individuales que con su cántaro en la cabeza van a la fuente. El marido puede estar enfermo o tuvo que salir con urgencia hacia la capital, o a realizar algún preciso trabajo.
 El camino del Hocino lo conocen bien todos, está metido en la sangre de cada uno. Los animales lo saben a ojos cerrados, cuando se le ponen los cántaros, sin decirles nada, van hacia el Hocino.
 La fuente del Hocino lo es todo en Cubla.

AGUA EN CUBLA (1.914)

 Este año cambió la panorámica del agua en Cubla. Después de tanteos y proyectos, se llegó a la conclusión de que el agua del Hocino se podía y debía bajar al pueblo. Se abrieron zanjas, se colocaron tuberías desde el Hocino hasta el pueblo y elagua llegó, ya lo creo que llegó.
 La misma que salía en la fuente al pie de la roca, fresca y clara, buena y saludable, saltó a borbotones en los grifos de la fuente de hierro de la plaza. La alegría de la gente de Cubla fue indescriptible. ¡El agua del Hocino en la plaza del pueblo!, ¡Qué alegría!, ¡Qué milagro!. Se hicieron festejos para conmemorar el fausto acontecimiento. En casa del párroco se hizo una comida. Hubo reunión de todo el pueblo, el Ayuntamiento en pleno preside: Alcalde, concejales, alguacilillo y hasta el ujier. El alcalde, hombre serio, formal y bigotudo, debió pronunciar un parlamento que más o menos diría así:
“ciudadanos de Cubla: la unión siempre hace la fuerza y obtiene la victoria. Esta unión ha conseguido que el agua, bien necesario e inapreciable que tantos trabajos nos ha costado llevarla a nuestras viviendas, la tengamos ahora en la puerta de nuestras casas. Ya no tendremos que subir más veces con caballerías por las cuestas del Hocino. No tendremos que escatimar su uso, la podremos usar en todo momento, día y noche, en abundancia (grandes aplausos).
La colaboración de todos ha hecho realidad lo que tanto hemos soñado nosotros y nuestros antepasados. Como alcalde os deseo a todos que podais disfrutar muchos años del agua de la fuente del Hocino, ya en el pueblo. Gracias a todos por vuestra presencia y colaboración (grandes aplausos rubricaron las últimas palabras del señor alcalde)”
Todo el pueblo siguió con mucha atención las palabras de su alcalde. Terminado el parlamento, todos, absolutamente todos, ayuntamiento en pleno, publo en general y hasta la chiquillería, que empuja a los mayores para ser los primeros, se dirigen a la esbelta fuente de hierro que tiene dos grifos, uno a cada lado. La primer autoridad de acercó, inclinó su medio cuerpo y con una mano abrió un grifo. En aquel momento saltó un grueso chorro de agua que con su fuerza salpicó a los más próximos. Unanimemente, todos prorrumpieron en un prolongado y sonoro aplauso. El ujier del ayuntamiento ruega todos unos momentos de silencio. Todos obedecen y callan. Entre tanto un hombre de mediana edad avanza unos pasos, se pone cara al público y canta la siguiente jota: “Ya puedes matar el burro
y quemar las aguaderas
que la fuente del Hocino
está en el prau de las eras”El agua del Hocino estaba en Cubla, tan limpia y tan clara como en el mismo nacimiento de la fuente. Este hecho es un momento importante en la vida de Cubla.
 Algunos años despues se construyó, al lado de la fuente, un abrevadero. Fue construido a la perfección, con rigurosa plomada, nivel y escuadra. Lo construyó el alguacilillo que en el acto de la inauguración asoma su carita risueña entre las personas mayores, convertido ahora en un excelente albañil, Miguel Pascual Izquierdo. A pesar de los años transcurridos, el abrevadero sigue en pie, como recién construido, sin que se escape una sola gota de agua.

FIESTAS SEÑALADAS EN CUBLA

PASCUA DE RESURRECCIÓN
SANTA QUITERIA (24 DE MAYO)
SAN LAMBERTO (19,20 DE JUNIO)
NTRA.SRA.DE LA ASUNCIÓN (15 DE AGOSTO)
SAN JOAQUÍN (16 DE AGOSTO)
SAN ROQUE (17 DE AGOSTO)
NTRA.SRA. DEL PILAR (12 OCTUBRE)
SAN MIGUEL (29 DE SEPTIEMBRE)
TODOS LOS SANTOS Y ANIMAS (1,2 DE NOVIEMBRE)
CICLO DE NAVIDAD

FIESTAS POPULARES

 Había varias, por ejemplo San Roque y San Lamberto. Participaba el justicia que era el alcalde, los miembros del ayuntamiento y el pueblo.
 Clavarios, que se nombraban de la siguiente forma: el que había sido clavario el año anterior, daba tres vueltas en el interior de un corro que hacían todos. Llevaba una bandera en la mano, cuando paraba, el primero que la cogía, era clavario para ese año.
 Chuzo: era una especie de garrote con clavos dorados y unas cintas. También daba tres vueltas. El que lo cogía cuando paraba, tambien era clavario.
 Garrotico: idéntica misión a los dos anteriores.
 Misión: la misión de estos tres clavarios era la de organizar y ayudar al ayuntamiento.

DOMINGO DE RAMOS (VIA CRUCIS)

 Se hacía un VIA CRUCIS muy solemne el domingo de ramos por la tarde. Se salía de la Iglesía, y en procesión, se ascendía a la colina en que está la ermita de santo Domingo.En el camino había unos monolitos de piedra con las estaciones señaladas. En cada estación se paraba la procesión y se rezaba la correspondiente estación. De esta forma se ascendía hasta cerca de la ermita. La última estación estaba representada por tres cruces: en una estaba grabada la figura de Cristo y en las laterales, los crucificados con Él. Era la última estación. Se cantaban cantos de penitencia y se terminaba el vía crucis.

JUEVES SANTO

 Por la mañana, sehacían los oficios religiosos en la Iglesia. Cesaban de tocar las campanas, a partir de ese momento, se tocaba por las calles con matracas de madera. Se hacía el Monumento, que era permanentemente custidiado por gente del pueblo.
 Por la noche se hacía una procesión desde la Iglesia hasta la ermita de N.S.del Loreto. Subían por el Collado hasta Loreto, y luego se regresaba a la Iglesia por la calle que une directamente ambas. Una vez que habían llegado a Loreto, un coro de hombres cantaba:

En la procesión tan solo llevaban la imagen de la Virgen Dolorosa, escoltaban la imagen hombres con seis farolas. Al término de la procesión, llegados a la Iglesia, el párroco hacía el sermón “DE LA BOFETADA”.

DOMINGO DE PASCUA DE RESURRECCIÓN

 A primera hora, antes de salir el sol, salían de la iglesia dos procesiones: una bajaba directamente hacia el olmo, portando en andas una imagen de la Virgen de la Dolorosa. Otra procesión daba una vuelta más larga, llevando la imagen de Jesús Nazareno. Cuando se encontraban los dos grupos, cantaban:

Entonces, al mayorala de ese año, se acercaba a la imagen de la Virgen y le quitaba el manto negro que la cubría.
 En las fistas de Pascua, las clavarias recorrían casa por casa para invitar a los actos a cada una de las familias. Eran dos clavarias. Entre las coss que debían hacer, esaba el de hacer dos tortas y rosquillas, que luego repartirían entre los del pueblo. Para que las tortas y las rosquillas pasaran mejor, daban a discreción vino, anís y mistela.

FIESTA DE SANTA QUITERIA

 La fiesta comenzaba unos días antes de la fecha con su preparación. La preparación consistía en nombrar a dos clavariesas que se encargan de todo lo relacionado con la celebración de la fiesta. Van casa por casa recogiendo trigo. Hubo años que llegó la recogida a seis talegas, que posteriormente eran molidas en el molino de Valacloche.
 En el Ayuntamiento y en las artesas se amasaba la harina. Las chicas llevaban delantal blanco para amasar la harina y demás. Una vez la masa estaba en su punto, hacían panes, gran variedad de tortas y rosquillas, de buena presencia por el arte con que estaban hechas y de excelente sabor. La cocían en el horno del pueblo, no muy distante del ayuntamiento.
 Los actos religiosos daban comienzo con una solemne misa que celebraba el párroco en la iglesia parroquial. La imagen de la santa era adornada con dos espléndidos panes, que eran depositados al pie de la imagen. El párroco bendecía los panes. Al finalizar los actos de la iglesia, todo el pueblo se trasladaba al ayuntamiento. Se traían los panes bendecidos de la iglesia. Sobre una larga mesa con blanco mantel, eran depositados todos los panes, las rosquillas y  pastas confeccionadas. Cuando ya todo estaba bien preparado, se celebraba una comida, por así decirlo, de hermandad. Todos podían comer el pan y las rosquillas que le apetecieran. Sobre la mesa estaban colocadas unas botellas de aguardiente, para ir alternando bocado de rosquilla y buen trago de aguardiente, de esta forma se iba alcanzando un tono más alegre.

GASTRONOMÍA

 El régimen era general para todas las familias. Por las mañanas se comía gachas o sopas de ajos. Al medio día patatas fritas, puré, .. Por la noche se hacía cocido porque los hombres estaban ya en casa. Al cocido se le ponía carne de oveja, morcilla, chorizo y matanza del cerdo en general. Cuando los hombres iban al monte, se llevaban para comer: tortilla, longaniza o costillas. Esto cuando tenían que trabajar mucho. Las familias se autoabastecían. Solo compraban aceite. ¿Dónde compraban el aceite?.  Mariano Julián, el posadero, iba a Andalucía, concretamente a Andújar. Allí compraba el aceite. Llevaba dos machos y cuatro latas en cada macho de veinte kilos cada una, en total 160 kilos de aceite. Parte del aceite traido lo vendía a personas que venían a comprarle de Valacloche, Cascante, pero preferentemente de Cubla.

GACHAS

 Las gachas son “manjar de harina cocida con agua y sal”, según las define el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.
 ¿Cómo se hacen?. Se pone al fuego un caldero de cobre con agua, cuando ésta hierve, se arroja una cantidad prudencial de harina, en función de la cantidad de gachas que se quera hacer. Se arroja también la sal. Despues de hervir por un tiempo de una hora, más o menos, se quita el caldero del fuego, y con un mango de madera, utilizado exclusivamente para ello, se van moviendo dentro del caldero, con movimiento circular. Si la harina está endurecida, no hay que moverlas mucho para que no resulten secas al comerlas. Si la masa está tierna, hay que moverlas más hasta darle el punto exacto.
 ¿Cómo se comen?. Una vez preparadas las gachas, se coloca el caldero en medio del comedor, alrededor se colocan los comensales. Las gachas se acompañan con unas buenas raciones de bacalao, tocino con jamón, conejo, sardinas, tomate, pimientos, todo ello frito, ajoaceite, …. Todos los de la casa e invitados tiene su cuchara en la mano y van tomando cucharadas del caldero. Una cucharada de gachas, y otra de bacalao ó conejo, o … No falta una buena bota llena de vino que vaya pasando de mano en mano sin parar. Luego, para postre, fruta  y café ó, preferentemente, poleo.

SOPAS VOLTEADAS

 Preparación: primero se corta pan seco en pedazos pequeños y se dejan a remojo en un recipiente. Luego se fríen en una sartén varios ajos y unas patatas a tajos finos. Una vez fritos, se arroja el pan, que tiene cierto grado de humedad. Se mecla bien en la sartén mientras se fríe el pan y la patata, cuando ya están lo suficientemente fritos, se voltea la pasta resultante, de aquí le viene el nombre. Se voltea varias veces hasta que ambas caras de esta especie de tortilla, estén doradas.
 Una vez preparadas se pone la sartén en el centro de la mesa. Cada comensal con su cuchara y a comer. Pueden acompañarse con bacalao, conejo, setas, … Y la bota que no falte.

MIGAS

 Primero se corta el pan fino a trocitos: se fríe en una sartén, en la que se le dá vueltas sin parar. Una vez doradas, ya tenemos las migas preparadas. Se comen como las gachas o las sopas volteadas, acompañadas y con la bota al lado.

 TRADICIONES Y COSTUMBRES

HERMANDAD DE COFRADÍA

 La hermandad tenía como fin el piadoso acto de dar sepultura a los difuntos. Todo el pueblo pertenecía a ella. Cuando moría un cofrado, había dos para avisar casa por casa. Debían de hacer la sepultura los dos vecinos del difunto, la casa anterior y la posterior. Uno de la hermandad tenía la llave del cementerio durante todo el año. El primer domingo de octubre, la hermandad pasaba cuentas del año y entregaban la llave del cementerio a los dos responsables nombrados para ese año. En ese primer domingo de octubre se reunían todos los cofrades en una comida de hermandad. La comida consistía en: Carne asada, arroz con azúcar y sangre con perejil. A esto último se le daba el nombre de ‘salsilla’.

LA CAPA

 La capa se llevó mucho en Cubla. ¿Cuando se llevaba?
 La llevaba el novio cuando iba a la iglesia a casarse. La novia iba vestida de labradora.
 En los entierros, todos los varones de la familia del difunto rodeaban a éste con su capa puesta. Tambien la llevaban otros asistentes al entierro. Las mujeres iban todas vestidas de negro.
 Los domingos de cuaresma también se llevaba cuando se iba a misa.

TOQUE DE ORACIÓN

 El sacristán tocaba las campanas de la torre de la Iglesia tres veces al día: Cuando se hacía de día, al medio día y cuando se hacía de noche. Al ir a tocar la oración or la mañana, vociferaba por la calle el tiempo que hacía. Venía a ser como un sereno en las capitales. La gente desde la cama, los que aún no se habían levantado, se entereaban del tiempo que hacía.

PAGAR LA MANTA

 Este término está relacionado con el matrimonio. Cuando un mozo de fuera del pueblo, es decir, de un pueblo vecino, se casaba con una chica de Cubla, bien se fuera la chica a vivir fuera del pueblo, o bien se quedaran a vivir en Cubla, el novio pagaba la manta. Consistía en que el novio pagaba la bebida a todos los mozos del pueblo. Se convenía una hora que fuera bien a todos y cuando estaban todos reunidos, el novio pagaba las bebidas que cada mozo consumía.

LA REDONDA

Con el fin de que cada agricultor pudiera disponer de carne durante los días de la siega, se ideó un método que dió buen resultado. Funcionaba de la siguiente manera:
 Cada agricultor entregaba una oveja vieja e iban a pacer a un lugar recesvado solo a este fin: el lugar se llamaba ‘la redonda’, que comprendía los rastrojos y barbechos en que había la mejor hierba. Se buscaba a un vecino para vender la carne, al cual se le pagaba en especie de la misma carne. Se le daba: el breguero, la melsa, y en general las partes secundarias de cada oveja. El pastor era alquilado por tiempo definido. El ayuntamiento pagaba al que mataba las ovejas. Cada uno de los aportantes iba a por carne, a veces había hasta cola. Incluso había personas que se levantaban pronto para tomar turno. Se llevaba la siguiente contabilidad: por cada medio kilo que retiraba cada aportante, se hacía en un palo un corte. Si llegaba al kilo, una muesca y, así, sucesivamente, se iba anotando a base de cortes en un palo los kilos de carne que cada agricultor se llevaba. A fin de temporada pasaban cuentas. Si uno se había llevado más de lo que aportó, debía de para el excedente de lo que se había llevado con respecto a lo que había aportado. Si consumía menos, se le pagaban los kilos que faltaban a los que había entregado. Cada oveja era pesada cuando se aportaba al grupo. Además de los propietarios tenían derecho a esa carne: el cura, el practicante, el secretario, los maestros, y en general todo el que fuera funcionario público al servicio del pueblo. La carne salía barata y buena. Se ponía, aproximadamente, una res por vecino. El ganado y el pastor desaparecía el día de las cofradías (primer domingo de octubre).

PASTOREO

 Los utensilios y vestimenta empleados cuando se va con el ganado varían en función de la época del año. Como indispensables cabría citar el zurrón, que es una mochila de piel de cordero, que va colgada mediante un tirante a la espalda. En su interior van alimentos como pan, tocino, jamón, sl, aceite, …. La flauta acompaña también siempre al pastor, al igual que la manta, por algunos llamada tapabocas, aunque este nombre expresa una manta más grande de lo habitual. La gancha es otro de los elementos que van siempre con el pastor. Presta un buen servicio: de apoyo, para abrir camino entre la broza del monte, e incluso para defenderse de algún reptil. Para llevar los líquidos se utilizaba un cuerno o bien una pequeña calabaza hueca. Debido al peso, estos recipientes se dejaban a menudo en la majada. Siempre en el bolsillo una larga navaja, útil, y necesaria en muchas ocasiones

VESTIMENTA DEL PASTOR

 Boina en la cabeza, chaqueta de pana, camisa de felpa, sobre la espalda el zurrón, en la mano la gancha y en el cinto el cuerno. Pantalón de pana recogido a la altura del tobillo. Si hay nieve polainas y si no, calcetines de lana, que cierran y se sujetan con botones en los laterales. En los pies, para calcero, albarcas (calzado hecho de la cámara de la rueda de automóvil), para ir al monte y que duren mucho. Si hay nieve se envuelven en piel de cordero, para proteger del frío y de la humedad. En ocasiones se lleva una honda por si hay que lanzar alguna piedra (por cierto tiene fama la puntería de los pastores). Cuando se va al monte para varios días, sobre todo en verano, se lleva, además de comida suficiente, un pequeño caldero de cobre, para gachas y otras comidas.

LA MAJADA

 La majada es un corral grande hecho de piedras y cubierto con tejas para albergar las ovejas por la noche. Tiene varios departamentos o estancias, y todo está en planta baja. En los montes de Cubla existen muchas.
 Las que hay en la sierra, además de la majada, al lado, hay una pequeña caseta que es la residencia del pastor durante las noches. En ella está la cocina, con hogar en el centro, alrededor tenemos unos bancos que unas veces son de madera y otras de piedra. Al lado del fuego está el catre, muy sencillo, es un trozo de pesebre con paja. Con la manta y la paja es suficiente. Estas majadas se usan en verano y parte de la primavera y del otoño. El ganado, en verano, pasa los días cerrado en las majadas y en invierno las noches.