Historia de mi vida

Por Santiago Pérez Puertas

Yo, Santiago Pérez Puertas, nací el 30 de junio del año 1898, siglo XIX, y a los 8 días de nacer ya me fui con mi madre a llevar la comida a los peones, que estaban segando en los Cerros. Y al pasar por el puente del Regajo, que entonces era de tablones y solía tener algún agujero, íbamos a caballo mi madre y yo en un macho, y en mitad del puente se espantó el macho, y gracias a un criado que tenía el tío Barraquero que nos cogió el macho, si no allí nos hubiera arboleado a los dos. Y cuando nos sacaron del peligro dije yo en mis adentros: primera estación de mi Calvario. Y cogimos el camino del Salobral adelante y a parar a los Cerros. Y yo, de pesadumbre no quise comer con los peones, y después que comieron los peones, por no ayudarles a recoger haces, me vine a casa con mi madre.

     Y después fuimos creciendo y el tiempo pasaba, y cuando ya tenía el tiempo de ir a escuela, a la escuela voy, y de la escuela vengo. Que un día me acuerdo que en vez de ir a la escuela me fui con otros al Picarzuelo hasta que salieron los otros de la escuela, y mis padres no se enteraron de aquello. Después continuábamos yendo a la escuela y al poco tiempo me acuerdo que me entraba la letra y la escritura muy bien, pero las cuentas muy mal: sumar y multiplicar un poco, pero restar y dividir nada.

     Luego ya me mandaban, en vez de ir a la escuela, a pastor con 30 ovejas todo el invierno. A los diez años y yo por ‘consejiar’ con otros como yo hice algunos daños, y cada daño que hacía mi padre me sobaba el pellejo.

     A los 12 años ya se me llevó mi padre a Andalucía a ganar 5 reales y córrete de ellos 10 días para ir y 10 días para volver. Y estuvimos yendo a Argonilla, provincia de Jaén, 4 ó 5 años. A los 16 años me fui a trabajar a la Zufrera de Libros una temporada y estuve con Sixto Navarrete, también de Cubla, y también estaba el Cordero de Aldehuela. Y vivíamos en una cueva debajo tierra.

     Más adelante, el año que se vendió la casa grande del Conde, me fui a Barcelona, y estuve trabajando en la estación de Las Planas, que se hizo nueva y después de que se terminó la estación nos fuimos a la provincia de Gerona, a un pueblo que le llaman Blanes, a trabajar al muelle que estaban haciendo nuevo 6 ó 7 de Cubla y yo.

     Por las andanzas del año 1916 se compraría la música, que teníamos un cura que se llamaba Edmundo Marco de Grijalda, y nos dijo a los mozos que si queríamos formar una banda de música él se comprometía a enseñarnos, y nos apuntamos todos los que quisimos. Y una vez conformes todos, nos emprendimos a estudiar, y acudíamos todas las noches del año hasta que ya llegó el comprar los instrumentos. Siendo alcalde Luis Barona los compramos en Zaragoza, en casa de don Estanislao Luna, y fueron repartidos a medida del que cada uno podía desempeñar. Y lo cogimos con tanta afición que cada pieza que aprendíamos el cura hacía un kilo de sebo y nos compraba una botella sin ‘escorchar’. Y poco sabíamos, pero en Cubla tocábamos todas las fiestas y fiestecicas, y en la Iglesia todos los domingos y fiestas. A las fiestas de San Lamberto ganábamos 5 duros, y a las de San Roque 10 duros. Y poco sabíamos, pero fuimos a tocar a Camarena, Valacloche, Cascante, Libros, Villel, Villastar, Concud, Corbalán. Y a Riodeva por que no quisimos por dos veces. Y en Teruel nos hizo tocar una pieza un maestro que había de música, y no quedaríamos muy mal que nos convidó a todo lo que quisimos beber.

     Por esas andanzas se quedó mi padre la ‘dula’, y me tocó ser ‘dulero’, que la dula se componía de soltar todos los machos y burros del pueblo al campo a pacer el día que no tenían faena en casa, por que en aquellos tiempos no se cogía tanta cebada en Cubla como en el año 1975, que entonces se tenían que mantener los animales en el campo.

     El año que se compró la música yo era Correo, que servía, por el año 1916, de Cubla a Teruel, y de Teruel por Castralvo y Aldehuela a Cubla, y traía la correspondencia de Valacloche y Camarena. El jornal no me acuerdo pero poca cosa era.

     Después ya vinieron las quintas, que éramos 3: Manuel Gimeno, Jorge Domingo y Santiago Pérez, y nos tocó ir a Castellón de la Plana, al Regimiento de Infantería Tetuan nº 45. Nos incorporamos en febrero de 1919. Estuvimos tres meses aprendiendo la instrucción y a los tres meses juramos bandera. Y el 1 de septiembre de 1920 ingresé en la música del regimiento, y me dieron un cornetín tan fuerte de tocar que a causa del cornetín me salió una hernia. Y allí aprendí a escribir música muy bien, lo que ninguno de mis compañeros aprendieron a escribir música. Y al salirme la hernia me apunté al reconocimiento y me dijeron que aquello me podía causar la inutilidad, con que deseguida me prepararon el viaje para ir a Zaragoza a mi y a otro valenciano herniado también. Y sufrí tres reconocimientos y allí me dieron inútil total. Me dijeron que si me quería operar o me quería ir a casa y yo les dije que me quería operar allí, porque si no me operaban allí gratis me tenía que operar en mí casa gastándome lo que no pudiera. Con que al otro día de darme por inútil ya me prepararon para la operación, y el día diecisiete de Mayo de 1921 me hicieron la operación de la hernia en el hospital militar de Zaragoza, el Sr.D.Manuel Iñigo que era coronel. A los siete días me levantaron los puntos y a los doce días ya me levanté y estuve un día recorriendo Zaragoza y al otro día ya me vine a mi casa y ya segué cebadas como si tal cosa. Y estando en la siega se movió la guerra en África y tuvo que ir mi regimiento castigado a África y allí se quedaron la mitad de los soldados de mi regimiento que a Jorge Domingo y a Félix Marqués les tocó el ir y pasaron muchas calamidades, como se tienen que pasar cuando uno está en guerra y a callar.

     El día 1 de Octubre de 1921 el Sr. Alcalde de Cubla Don Luis Barona Esteban me dió el titulo de guardia jurado particular de campo, siendo secretario Don Juan Romeu, y estaría un año o dos y podíamos denunciar lo mismo mi padre que yo. Después fuí novio de Visitación Julian, y Justo Barona hablaba con María Dolores Domingo, que estaban los dos en Barcelona y como Visitación era sobrina de Cecilia Cortés y estaban todos en Barcelona. Se empeñaron en que se habían de casar Justo con Visitación, su sobrina y así lo hicieron. Justo se casó con mi novia y después me case yo: Yo me casé con María Dolores Domingo el 11 de Octubre de 1925 en Teruel, en la Iglesia de Santiago cerca del Seminario. Nos casamos por la mañana muy temprano y nos marchamos de luna de miel a Zaragoza y al otro o al otro día se puso mala la novia y nos tuvimos que venir antes de Zaragoza. Y la novia se mejoró, que aquello no fue nada, y seguimos luchando con la vida. Luego nos quedamos la tierra de José Cortés con la casa y 30 ovejas. Mi padre me dió un macho jóven y bueno, y un día, porque comiera, lo até en el regajo de la tejería y se me ahogó y como estábamos mal de cuartos tuvimos que amplarle a la tía Barraquera algún dinero para comprar otro macho y me contó los dineros al 8%, y a los dos o tres años se enteró Aquilino Gutierrez que pagaba el dinero al 8% y me dijo toma y pagalé a la tía Barraquera lo que le debas que no qiero que te estafe más. Y el me dió dinero para pagar y comprar otro macho y sin ningún rento hasta que se los devolví, se me portó como un caballero.

     Y por aquellas andanzas le compramos la casa a Cecilia Cortés o a Miguel Julián y nos costó 1.250 pts en tres plazos. Y como entoces teniamos ganas de trabajar y prosperar algo si se podía pues me comprometí a despachar la carne del pueblo en la carnicería del pueblo y la despaché tres o cuatro años. Y que vida más aperreada llevabamos: la mujer se iba sola por las mañanas a segar sola, yo antes de hacerse de día tenía que tener las reses arromanadas y me las pesaba el secretario, y en cuanto se hacía de día ya tenías allí las mujeres a por la carne para el cocido de los peones, que entonces venían muchos peones a segar a Cubla. Y en el momento terminaba de despachar la carne trota a buscar a la mujer ande estuviera segando. Y a mitad de la tarde ya me tenía que venir al pueblo a matar las ovejas que hacían falta para el otro día, y así todos los días desde el día de San Cristóbal hasta la virgen del Pilar. En aquellos años se le torció el ganado a mi padre, y yo llevé tal palo que no me quedaron ovejas. Un día se me pusieron 7 muertas en la entrada de José Cortés, los demás aparceros no sufrieron tanto como yo y mi mujer. Siempre estaba tan conformada con todas las pérdidas que teníamos. Y ya estábamos tan contentos de ver que ibamos a tener un retoño, con que el día que se puso mala llamamos al médico y nos dijo que era el parto, pero la criatura nunca que venía y al otro día la pilla el médico y le hizo a trozos la criatura en el vientre y ya la dejó por muerta. Y al otro día al ver que no había muerto la emprende otra vez y le sacó la criatura a pedazos y al encangrenarse no tuvo más remedio que morir, pero como aquel caso no se ha presentado otro, que estábamos 3 o 4 en la cama y no la podíamos sujetar mientras el médico estaba ozando en ella y en cuanto terminó de hacer el oso la dejó, y de seguida murió: no murió que la mataron, el mismo médico que le cortó la pierna de Laura, la de Ezequiel Milla. Y al quedarme viudo mis suegros se creían que yo tenía algo de capital y yo les dije que yo no tenía mas que para los gastos del entierro. Y entonces me partieron hasta la ceniza y me quitaron todo lo que nos dieron en casamiento y en todos los derechos de viudedad y me dejaron limpio. Se llevaron todo cuanto pudieron y la casa despues de abonarles la mitad aun les tuve que dar mucho más del valor de la casa, y alli se terminaron todas las amistades, y como se me portaron tan mal, en cuanto pueda me tengo que casar con otra. Al poco tiempo me busqué el avío y me case el dia 2 de febrero de 1929 con Francisca Domingo Marqués, nos casamos en Teruel. Otra vez tuvimos que empezar de nuevo a pelear con la vida y aquel año estabamos trabajando en la carretera de Cubla que a mi me tocó trabajar en ella desde que se empezó hasta que se terminó y a los 4 años de casados vino la Antonia. Y luego me quedé la tierra de Martín León, que él se marchó del pueblo por que aquí no podían vivir. Pues con mi tierra y con la de Martín, todo era poco para vivir. Luego vino la guerra y tuvimos la suerte de tener fuerzas en el pueblo, desde que se empezó hasta que se terminó. Santiago Perez Domingo nacio el 1 de diciembre de 1936 de recien casados puso dos yugadas de viña y almendros y al poco tiempo ya empecé a tener vino y almendras, y desde entonces, a buen año y a malo, a mi no me ha faltado nunca ni vino ni almendras.

     Pero particularmente a la viña le he sacado mucho provecho y hemos comido muchas uvas y le he sacado muchas pesetas. El dia 14 de mayo de 1956 le compré la tierra a Miguel Pascual y me costó 1600 duros, las fincas son estas: el carril, pozo alamán, las redes y la hoya Berna y la Quincha de los Llanos con un trozo de viña y almendros. Estando en guerra un día nos mandaron las fuerzas a Bernardo Escolano y a mi a Olba a llevar contrabando y al entrar en Sarrión con un carro y dos machos que llevamos nos cogió un bombardeo que nos mató los dos machos y el carro lo hizo polvo y a nosotros gracias que había un refugio tan cerca y al entrar en el refugio aun nos llegó la tierra de la bomba y alli se quedó el carro y los dos machos y nosotros nos tuvimos que venir a casica y callando. Otra de las veces me mandaron a Manuel Gimeno y a mi a por aceite a Alcañiz, que en el pueblo no había y para ir a Alcañiz tuvimos que ir por Sagunto, Castellón, por Torotosa, a Lérida a pasar a Alcañiz y nos tuvimos que albergar en un convento que habían desbaratado los rojos y a media noche vino la aviación y empezaron a tirar bombas a un hospital que había de enfermos y heridos y lo hicieron mistos. Y nosotros en el convento cada bomba que caía nos parecía que caía alli, y no sabiamos a donde meternos creyendo que nos iban a aplastar alli. Con que cuando terminaron de bombardear nos tiramos todos a la calle al campo y a la mañana cuando se hizo de día resultó que no bomardearon mas que el hospital, que lo hicieron polvo. Nosotros, entonces como no nos dieron aceite porque no había cogimos el camino y a Cubla, con el culo prieto. Otro de los días estaba en casa de Angel Currito, con mi chiquillo Santiago en los brazos que era pequeñín y en la misma pared de la casa cayó un cañonazo y también nos salvamos y asi fuimos pasando la guerra. Y el día que querían entrar los nacionales a Cubla aquel día fue un dia de lluvia de cañonazos desde los Pelaos de la sierra nos los mandaban. Y aquel día los rojos se enfurecieron de tal manera que después de limpiarnos la casa nos obligaban a salir del pueblo evacuados para que no nos mataran los fascistas y nosotros les dijimos que no salíamos de nuestra casa de ninguna manera, si nos querian matar que nos mataran pero nosotros no salimos de casa a pasar trabajos y que nos maten por ahi, y en casa pasamos la tormenta hasta que entraron los nacionales, que aquello fue algo serio. Una vez que entraron los nacionales al pueblo nos encontramos con que el dinero que teníamos no nos valía y nos encontrabamos sin dinero y sin comida por que nos la quitaron los rojos y teniamos que ir a que nos dieran rancho los soldados, hasta que aquello se fue arreglando y se terminó la guerra. Luego compré un macho de recuperación que me costo 2345 ptas., el 27 de enero de 1940 y empezamos a trabajar de nuevo hasta que se pudo trabajar todo y nos fuimos haciendo con un par de machos, cerdos, gallinas y ovejas porque como no quedaron animales por aqui nos vimos negros para alcanzarlos.

     Poco a poco se fue arreglando todo. Luego en Albuixech Valencia compré un carro el dia 23 de septiembre de 1943 y me costó 425 duros, azofra y variguera 45 duros, cabestrillos 11 duros, cabrón 14 duros, el tablero, osea la zorra 25 duros, collerón 60 duros, entre todo total 580 duros y qué bien nos vino el carro para los ciemos y para llevar el trigo a Teruel y para llevar las talegas de la era a casa y para todo iba muy bien. Y seguimos luchando con la vida esta hasta que entró en quintas Santiago y como yo constaba como inútil total para el trabajo lo libré del servicio militar y después de librar al hijo probé a ver si podía cobrar el subsidio y me costó el ir a Teruel a que me registraran los médicos y como era verdad que estaba inútil enseguida me lo aprobaron todo para cobrar el subsidio y empecé a cobrar el 11 de octube de 1958 y sigo cobrando hasta que dios quiera.